sábado, 20 de marzo de 2010

Potosí (Bolivia)

Llegamos a Potosí, la ciudad más alta del mundo (4060m sndm) y una vez, la más rica, pero ya no quedan calles empedradas en plata, aunque con tanta cuesta y tan poco oxígeno, gustosamente cambiábamos la plata por escaleras mecánicas.

Nada más llegar, nos encontramos con el fin del carnaval (aqui lo hechan largo). Toda la calle infestada de gente con disfraces eroticofestivos...


...no tan eroticofestivos...

...y máscaras del Tío (paciencia, ya llegará)...


...bailando...


...bebiendo (ofreciendo a los que pasábamos) y tocando el tambor (mira que les gusta por estas tierras), que a las pocas horas desaparecieron, dejando la ciudad triste, nos imaginamos, para dormir la mona.

Despues de un día de asueto, fuimos a visitar el Cerro Rico, la montaña que una vez fue fuente de plata, aqui tambien la llaman "Comehombres" por la cantidad de mineros que han muerto en sus entrañas. Despues de equiparnos con todo lo necesario y de comernos la obligada charla en contra de los conquistadores que aniquilaron millones y millones de indígenas para exprimir todo el blanco metal de la montaña (no queda otra que decir que si a todo, agachar la cabeza y creerte la mitad, nunca justificarte o intentar explicar que en aquella epoca muchos pueblos indígenas tambien masacraban a otros porque las sociedades eran distintas e imperaba la ley del más fuerte, que si tal y que si cual, total un poco de historia sin manipular y sin tanto lloriqueo y victimismo), nos fuimos a comprar algún regalo para los mineros (algunos que no querían obligados bajo amenaza de no continuar) de entre toda la gama habitual, hojas de coca, cigarrillos de coca y alcohol 96° (deben tener heridas infectadas en la garganta que limpiar)...


...dinamita, la mecha (pa que funcione) y como no un potenciador, que creemos recordar, era "nitrato de amonio" (que pa tirar petarditos ya estan los niños)...



...o bebidas refrescantes (de esto no tenemos fotos, pero seguro que no protestais), lo normal en toda visita que se precie.

Así pues, en plan Papa Noel, con la bolsa llena de regalos, nos dispusimos a entrar por un boquete igual de oscuro que la chimenea, pero con railes y horizontal. Después de un rato de intentar no resbalar con el agua, e ir acostumbrándonos a tan angosto lugar, llegamos al Tío (el de las máscaras). Dicen los mineros, que en el cielo está Dios, pero debajo de la tierra el que manda es el Tío, el diablo.


Por eso, antes de entrar a la mina, practican un ritual, ofreciendo hojas de coca, alcohol y cigarrillos al Tío y a la Pachamama (madre tierra), para implorar protección y suerte para encontrar una buena veta.


También siguen sus propias supersticiones onomásticas. Si sueñas con una serpiente o un sapo, símbolos que porta el Tío, significa que la suerte está de cara y van trincar algo gordo, pero si sueñan con un perro, mejor volverte a la cama y mañana sera otro día (aclarar por si acaso, que esto no vale como excusa al jefe en otros curros para faltar).
Una vez bajo la protección del señor de todo lo que hay bajo la superficie, fuimos a probar la jaula (ascensor de los mineros). Bajamos hasta lo que nos pareció el inframundo, a 4 m/s, sin ningún tipo de pared, viendo pasar galerias y galerias donde la verdad o nos gustaría tener que ir cada dia a picar piedra. Acabamos sentados con algunos de los mineros, tranquilamente charlando y sobre todo escuchando (es una suerte hablar castellano en estos casos), para luego partir no sin que antes nos dieran las gracias por haberles permitido distraerse un rato (cosa que nos sorprendió gratamente, aunque también tendrían que ver algo los regalos), y salir con una sensación mejor de la que esperábamos.

Luego asistimos al "choubisnesdelturismo". Algún avispao, compró dinamita para que el guía la explotara delante de todos y comenzar a aplaudir como focas despiés de recibir un pescao. Lo mejor, que como la mecha dura supuestamente 4 minutos, da el tiempo suficiente para hacer el tonto, pasandose el cartucho de uno a otro, y hacerse la foto de rigor (que en nuestra opinión no vale un brazo de plástico en el mejor de los casos), y asi tener algo interesante que enseñar a su peña a la vuelta. Lástima no fallara alguna vez, y se dieran cuenta, que hay cosas que matan de verdad a mucha gente, que no tiene la suerte de estar lo suficientemente acomodada para que sus papis les den un fajo de dólares y salir a recorrer mundo haciendo el cafre como ellos. No es que nos pongamos profundos, no es nuestro estilo, pero teníais que haberles visto, aqui de todas formas teneis al guía...


Ya recuperados de tan lametable espectáculo, aunque todavia sin aire suficiente para procesar toda la información, nos vamos a buscar, no mejores aires, simplemete, un poquito más, txau.

No hay comentarios: