lunes, 19 de abril de 2010

Cuzco y Machupicchu

Al fin honramos a la capital del Imperio Inca con nuestra polémica presencia.

Quinientos años después, parecemos venir a devolver en forma de disparatados precios turísticos, el oro que tanto nos recuerdan, les robamos.

Después de intentar evitar el embudo de abusivos precios en dólares por donde te quieren hacer pasar, nos fuimos para Aguas calientes. El camino de ida fue un completo desastre, al más puro estilo Indiana Jones (tiiitiritiii tiiitiriiiiiii), atravesamos ríos embravecidos...

...sobre tirolinas asesinas…

…lodazales “tragahumanosytodoloquepaseporalla” (la foto es muy light, una francesa se hundió hasta las rodillas)…

…Caminos que se desvanecen en barrancos (que parecen estar vivos, y van devorando la montaña bocado a bocado) y más. Por fin después de un día y algo, llegamos a las salvadoras vías del tren en hidroeléctrica, desde donde el sendero se torna más tranquilo hasta Aguas Calientes.

El día de llegada, nos fuimos a relajarnos a las aguas termales que dan nombre a este pueblo, donde estuvimos hasta casi sancocharnos (cocernos, hervirnos), como dicen por aquí, y así poder ver las ruinas tranquilamente el siguiente día.

3:30am, suena el despertador, hora de dirigirnos a la ciudad perdida de los incas...

...que en quechua significa “montaña vieja” y en lenguaje occidental “el lugar en el Perú donde vamos todos como...

...borregos”. Fuimos excesivamente temprano, no por placer como podréis imaginar, sino para poder conseguir uno de los 400 accesos...

...en quechua, “montaña joven”, en lenguaje occidental “la montaña que sale al fondo en todas las fotos de Machu Picchu”. Por suerte, pero por poco, lo conseguimos, el 374 y 375...

...espectacular vista de...

...donde nos encontramos de nuevo al Sr. Neta por la más pura casualidad, aunque ya empezamos a creer seriamente que nos va siguiendo.

Después de tragarnos el infumable recorrido guiado, y escuchar repetidamente, las increíbles aptitudes físicas y psíquicas de tan maravillosa civilización, nos entraron unas ganas locas de ser incas, así que nos fuimos a bebernos varios millones de su increíble pócima “inka kola” para ver si ocurría la maravillosa transformación, y se pulía en algo, nuestro bárbaro y medieval carácter de ignorantes despedazadores de humanos…

…pero no funcionó, asi que nos vamos para Cuzco...

...la primera ciudad del mundo gobernada por un partido político gay...

...a ver a un amigo...

y demás cosas coloniales, que es lo nuestro, txau.

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