Nos planteamos hacer la "W" o "Doble b", como dicen por aqui. Siguiendo los consejos de la gente como hacia buen tiempo, comenzamos por el brazo de Las Torres del Paine.
Después de instalarnos en el campamento, indecisos sobre si subir o dejarlo para el dia siguiente, vencimos la pereza y decidimos aprovechar el dia soleado con el que nos estaba honrrando el habitual mal tiempo patagónico, y pusimos rumbo al mirador (unas escaleras mecánicas no estarían de más, simplemente una idea).
Adivinar quien nos encontramos allí...
...al entrépido Sr. Neta, luego de conversar un rato nos fuimos hasta la hostería a compartir un poco de vino del país.
Buscando el lado positivo, lo bueno era la combinación de ambas partes. Primero te embarrabas en el camino y al cruzar el rio te limpiabas, y así sucesivamente. Total una vez empapado no te puedes mojar más, así que, para que jugarte una caida cruzando el rio de piedra en piedra o andando por el resbaloso borde del sendero. Ya puestos, mejor hacerlo a las bravas, o sea, hasta las rodillas.
En esta nos encontrábamos, desenado haber alquilado un arca y meter los animales de dos en dos, cuando decidimos acortar nuestra estancia un día y volver al calor de un hogar y un buen plato de comida, cinco dias comiendo noodles tampoco ayuda demasiado. Txau.
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