miércoles, 13 de octubre de 2010

Wuhan (China)

Cualquier extranjero despiestado que recale en esta pequenha ciudad interior de 7 millones de habitantes, experimentara el conocido efecto aspiradora, que consiste basicamente en absorber todas ls miradas y cometarios de las personas que se encuentran dentro de tu radio de accion. Como casi todas las ciudades chinas, debido a la contaminacion, el sol y el cielo azul son un recuerdo de tiempos peores que ya, solo existen en los libros (a lo mejor es un poco exagerado, pero queda muy melodramatico y adecuado para la ocasion)...

...fuimos a ver el rio Yangtze, tambien con su buena dosis de ponzonha para no desentonar, que desde que descubrieron la moda en china les gusta ir conjuntados...


...y ellos, oportunistas como siempre, a echar las canhas por si quedara algo de vida.

Desde entonces, nosotros nos guardamos bien de pedir pescado en el restaurante, que aunque algunas religiones se empenhen en santificar el tercer ojo, no nos hace ninguna ilusion desarrollarlo, y menos, por metodos tan poco beneficiosos. Pasando entre tanta porqueria, y olor a butano, nos sorprendio encontrarns con estas papeleras para separar residuos...


...y no pudimos reprimir la curiosidad de comprobar si servian para algo mas que adornar y quedar bien. Rapidamente confirmamos nuestras sospechas, ni los propios funcionarios del parque saben como utilizarlas correctamente.


Asi pues sin nada mas que ver ni que hacer, nos dedicamos a desarrollar nuestro lado oscuro, y cual empedernidos ludopatas pasamos el tiempo jugando a las cartas chinas raras...


...e intentando recuperar el dinero perdido con las viejecillas en las innovadoras tragaperras hi-tech que tanto gustan de jugar esta gente...


txau.

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