Llegamos a Chengdu y nos fuimos directos al hospital. Suerte o mala suerte?, segun se mire. Al rato de ser recogidos por el chofer que nos llevaria a tan, a priori, poco deseable lugar, nos plantamos en una recepcion mas propia de un hotel de cinco estrellas...
...con su tienda para estar guapo...
...y su piano bar.
Aturdidos, y todavia preguntandonos como nos habrian dejado entrar con calcetines blancos y chanclas, tomamos el ascensor...
...revestido de madera y con mosaico en el suelo incluido...
...hasta la primera planta.
Despues de recorrer varios pasillos...
...fuimos atendidos, aunque siempre hay uno al que le toca la tediosa tarea de esperar, llegando incluso a ponerse peor que el propio enfermo al que acompanha. Aunque en este caso, que la sala tuviera internet y bebidas gratis facilito bastante las cosas.
Asi pues, ya repuestos del mal, tomamos el ascensor de bajada que esta al lado de la estatua...
...no sin antes echar un vistacillo al banho, con cuadro para entretenerte mientras...
...piensas que, si no fuera porque esta maravillosa pareja francesa (Christel y Julian), que nos dieron gran abrigo en su casa, ademas de unas tapitas de queso con vino expectaculares...
...habriamos sido capaces de pedir habitacion alli para las noches que nos quedaban en esta ciudad, txau.
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