Bogotá

Llegamos a Bogotá (la policia se entero rápido)...

...y nos alojamos en el barrio bohemio y cultural de La Candelaria, y como todo lo malo se pega lo primero que hicimos fue marchar a ver el Museo Casa Botero. Allí pudimos contemplar míticos cuadros del artista colombiano como La Gioconda o Mona Lisa (aunque no parece tan lisa)...

...o Los girasoles...


...y por supuesto infinitas muestras de la realidad vista por el pintor, como El Caballo...



...o La Pera...

...y llegamos a la conclusión de que a este chaval le regalaron de pequeño unas gafas lupa en un cotillón y ya nunca volvió a ser el mismo. También había alguna obra del bigotes (si alguna vez alguien no sabe que regalarnos, queremos un sombrero como este)...

..del mirón...

...y del malagueño que tiene un amigo crápula...

...y de uno que ahora se dedica a decorar techos tirando pintura a boleo, del cual no pensamos poner ninguna obra. como véis aqui se junta toda la chusma. Saturados de tanta pintura, fuimos al Museo del Oro a ver todas las piezas que nuestros tataras se olvidaron de robar, imperdonable error. Y como todo lo malo pasa, aunque no del todo, nos devolvimos a patear la calle que es lo nuestro, y deleitarnos con ingrávidas pompas de jabón...

...molinos de viento...

...buscavidas callejeros...

...y llamas fuera de lugar (al principio nos hacían gracia pero ya saturan)...

...en fin, todas esas cosas que nos encantan. Y hablando de animales, fuimos a un...

...para vender algunas de las que llevamos acumuladas después de tantos meses de viaje, y conseguir algo de dinerito bueno que nos gastaremos a...

...en nuestro próximo destino, txau.